En 2025, la industria publicitaria en Argentina atravesó un cambio de paradigma, marcado por la integración plena de la inteligencia artificial en los procesos creativos y productivos. El principal desafío para las marcas dejó de ser la adopción tecnológica y pasó a centrarse en la diferenciación a partir de su mirada, la cultura y la conexión real con las audiencias.
La inteligencia artificial permitió acelerar tiempos, optimizar recursos y explorar nuevas estéticas, pero dejó de ser un elemento distintivo por sí mismo. Según lo ocurrido durante el año, la tecnología solo resulta efectiva si es acompañada por una estrategia clara. En este contexto, las marcas de sectores como moda, consumo masivo, gastronomía y movilidad apostaron por relatos vinculados a la vida cotidiana, el humor local y los valores compartidos.
Uno de los rasgos más destacados de 2025 fue el retorno a ideas simples y bien ejecutadas. Las campañas más efectivas no se caracterizaron por su espectacularidad, sino por la capacidad de interpretar fenómenos culturales y traducirlos a un lenguaje propio. “La gran pregunta del año no fue qué tecnología usar, sino qué decir y desde dónde decirlo. En 2025 se vio con claridad que el diferencial de las marcas está en la mirada: en cómo interpretan la cultura y se animan a tomar una posición”, analizó Macarena Báez, Founder & Marketing Director.
La democratización de herramientas creativas puso el foco en la creatividad estratégica, la lectura del contexto y la construcción de sentido. “En un escenario donde todos pueden hacer campañas, lo que diferencia a una marca es la claridad de su mirada”, agregó Berardo Bahillo Fiori, Founder & Brandformance Director de Rotundo.
La experiencia de 2025 dejó como aprendizaje central la necesidad de utilizar la tecnología como aliada, sin perder humanidad, identidad ni propósito, según lo ocurrido en el sector.
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