Así como sorprendió la continuidad y la cantidad de veces que fue titular apenas se incorporó a Real Madrid, la pausa en la que había entrado Franco Mastantuono, con punto de partida en una pubalgia, se estaba haciendo demasiada extensa, con cuatro partidos consecutivos como suplente sin ingresar. La inacción del juvenil que lucha por conseguir un puesto en el plantel de la selección argentina para el Mundial 2026 se cortó este domingo, luego de casi un mes y medio fuera de las canchas, cuando ingresó a los 43 minutos del segundo tiempo en el encuentro que Real Madrid le ganó de visitante por 2-1 a Alavés, por la 17ª fecha de la Liga.
Tras reemplazar a Vinicius, Mastantuono ocupó el sector que siempre le asignó Xabi Alonso: la franja derecha. Sumando el tiempo adicionado disputó ocho minutos, con una asistencia a Mbappé, un par de toques más y provocando un foul en un momento en el que Real Madrid trataba de llegar al final conservando una victoria vital, luego de la caída de hace una semana frente a Celta, que lo deja a cuatro puntos del líder Barcelona.
Si bien fueron pocos los minutos de Mastantuono, le sirven para ir recuperando sensaciones y volver a sentirse parte, luego de haber participado en 12 cotejos (un gol y una asistencia) entre la Liga y la Champions League, desde el 19 de agosto hasta el 1° de noviembre. En nueve de esos encuentros fue titular y Real Madrid siempre ganó; solo sufrió la derrota por 5-2 ante el Atlético de Madrid, cuando fue suplente y entró en la media hora final.
Debido a una sobrecarga muscular y la posterior pubalgia -que arrastraba desde el Mundial de Clubes con River-, el juvenil de 18 años no estuvo en los últimos tres amistosos de la selección. Durante el tiempo que le dedicó a la recuperación, el clima alrededor de Xabi Alonso, su principal valedor para la contratación y por la confianza que le dio de arranque, se enrareció con crecientes rumores sobre su continuidad, ante resultados que le restaron crédito y las sospechas de que el vestuario no está completamente alineado con su estilo de conducción e ideas de juego.
La situación de Alonso sigue siendo inestable, llegará a fin de año y tendrá un examen crucial en enero con la Supercopa de España. La salida del entrenador vasco no beneficiaría a Mastantuono, que probablemente el próximo miércoles vuelva a la titularidad ante Talavera, por la Copa del Rey. Señalado por una parte de la dirigencia, Alonso vio reducido su margen para seguir apostando por Mastantuono, en un plantel con nombres con más trayectoria. “Franco está recuperando la forma, tras la pubalgia debe entrenarse más. Está mejorando, disponible. Son decisiones técnicas, por ahora”, había dicho Alonso durante la semana.
Hace poco, Lionel Scaloni se mostró comprensivo con la inactividad de Mastantuono debido a la lesión. Más allá de la consideración positiva que tiene el DT de la selección sobre Mastantuono, hasta el Mundial queda un semestre en el que el juvenil deberá tener cierta continuidad para no resignar terreno por un lugar al que también aspira Nicolás Paz, de buena temporada en Como.
En cuanto al partido, no se habían cumplido los primeros 10 minutos del partido y los dos únicos remates al arco de Real Madrid habían salido de los pies de Mbappé, siempre activo para crearse espacios y quedar perfilado para desenfundar el derechazo. La profundidad y eficacia del francés disimulan muchas otras disfunciones futbolísticas y colectivas de Real Madrid, acuciado por la plaga de bajas en la defensa entre lesionados y suspendidos (ocho jugadores no estuvieron disponibles y debutó el canterano Valdepeñas). y el clima enrarecido alrededor de Xabi Alonso, con crecientes rumores sobre su continuidad ante resultados que le restaron crédito y las sospechas de que el vestuario no está completamente alineado con su estilo de conducción.
Por primera vez desde que está el exentrenador de Bayer Leverkusen, en la formación inicial estuvieron Bellingham, Rodrygo, Mbappé y Vinicius. El inglés arrancó tarde la temporada a causa de una lesión, y Rodrygo estuvo relegado entre las preferencias del técnico. Volvió en la ubicación que ocupaba Mastantuono.
El rendimiento de Real Madrid es irregular. Intercala pasajes de dominio e intensidad con otros de desconexión y lagunas defensivas. Si hay un futbolista indispensable e irremplazable, ese es Mbappé. Todo sería más preocupante sin el aporte del N° 10, ausente el último miércoles por la fractura de un dedo de una mano en la derrota en el Bernabéu contra Manchester City por la Champions League. Esa noche, Real Madrid tuvo empuje y arrinconó en más de un pasaje al equipo de Guardiola, pero extrañó a Mbappé para finalizar varios de los ataques.
Real Madrid respira con el francés. Sus desmarques al espacio son una invitación para lanzadores como Bellingham, que le puso una asistencia entre el lateral y el zaguero derechos, por donde Mbappé encaró y enganchó ante el defensor argentino Nahuel Tenaglia para despachar un estupendo disparo cruzado.
Por las competencias oficiales de la esta temporada, Mbappé marcó 26 goles (16 por la Liga) y dio cuatro asistencias, lo cual representa que participó en el 63 por ciento de los tantos de su equipo. En ventaja, Real Madrid entró en esa versión pastosa, intrascendente. Y como tantas otras veces, necesitó de una tapada milagrosa de Thibaut Courtois, que puso la cara ante una definición de Ibáñez que era gol.
En la segunda etapa, el equipo de Eduardo Coudet, que perdió los siete encuentros que disputó ante Real Madrid por la Liga dirigiendo a Celta y Alavés, se mantuvo a flote con una doble tapada del arquero Sivera a remates de Mbappé y Vinicius. El Chacho reactivó a Alavés con tres cambios, especialmente con Carlos Vicente, que marcó el empate un minuto después de haber ingresado.
Quedaban poco más de 15 minutos y Real Madrid reaccionó con un desborde de Vinicius y la definición de Rodrygo, que marcó por segundo partido consecutivo, después de atravesar un desierto de 32 cotejos sin marcar. En el final, Vinicius y Real Madrid se quedaron protestando un penal por un toque en el área de Tenaglia. El brasileño estaba amonestado, y por su tendencia a irse de boca fue reemplazado. Así Mastantuono tuvo, aunque fueran pocos, los minutos que tanto estaba esperando.

