Eridani SalazarEl actor mexicano Luis Curiel, originario de Ciudad de México, ha construido una carrera sólida dentro del cine y la televisión. Inició en proyectos televisivos y poco a poco dio el salto hacia producciones de mayor impacto, participando en series como Rosario Tijeras, Control Z y Como agua para chocolate, que lo proyectaron ante una audiencia internacional. Su trayectoria también lo ha llevado al cine con títulos como Ya veremos y Como caído del cielo. Recientemente, formó parte de la película de Netflix Contraataque, producción que se convirtió en la más vista de la plataforma a nivel nacional, rompiendo récords y reforzando su presencia actoral. Además, protagonizó Autos, Mota y Rocanrol, donde interpretó a “Rodolfo” en la historia de origen del legendario festival de Avándaro. Actualmente, Curiel se encuentra en una etapa clave con el próximo estreno de la serie Cometierra, donde interpreta a Ale Skin, un personaje educado “a la mala”, marcado por el legado de su padre, antiguo líder de una organización criminal.   Tu personaje en Cometierra es un villano marcado por un legado familiar oscuro. ¿Cómo trabajaste la construcción psicológica de Ale Skin para que no fuera un antagonista plano, sino un ser humano complejo? “Me gusta que tenga capas, que presente elementos que se oponen a lo que comúnmente asociamos con un antagónico. No quería que quedara solo como ‘el tipo malo’ y ya, sino comprender sus motivaciones, sus necesidades, sus carencias. Es un personaje que nació en un contexto adverso, en el barrio, con una figura ausente que representó un gran peso para él”.   La serie mezcla realismo mágico con un trasfondo social sobre la desaparición de mujeres. ¿Qué retos enfrentaste al interpretar un papel dentro de una narrativa que toca heridas tan profundas de nuestra sociedad? “Es un tema muy delicado. Yo no sabía cómo iba a funcionar esta mezcla; no quise leer la novela hasta haber terminado la serie. Se darán cuenta de que la serie tiene un universo mucho más nutrido y personajes que no existen en la novela, pero que sí aparecen aquí. Cuando leí en el guion que se abordaba este tema tan fuerte y doloroso para los latinos, y en particular para los mexicanos —las desapariciones— entendí la importancia. Aunque no es la intención de la serie resolver nada ni tomar una postura determinada, sí funciona como denuncia al visibilizarlo. Además, resulta esperanzadora gracias a la protagonista, a quien me gusta pensar como la voz de todas las madres y familias que han perdido a alguien desaparecido. Es como un llamado: sigamos teniendo fe, sigamos buscando, sigamos levantando la voz por quienes no están, por quienes no pueden, y que se siga denunciando para que estas problemáticas se resuelvan. Así lo veo yo”   ¿Hubo algún momento en el rodaje en el que sentiste que el personaje te confrontaba personalmente, ya sea con tu visión del poder, la violencia o la herencia familiar? “El personaje, por sí mismo, fue un reto y desde ahí resultó confrontativo. Además, tenía muchas ganas de interpretar un antagónico; este es el tercero, porque hice tres personajes de ese tipo al hilo. Por eso era importante para mí diferenciarlos a través de sus vivencias y de la construcción desde su infancia temprana. Es confrontador en el sentido de que es delicado tocar un tema así e intentar hacerlo con respeto y verosimilitud. El personaje debía estar bien diseñado, porque para que la historia de los protagonistas funcione, también debe contarse muy bien la de los antagonistas”     Has transitado desde el teatro musical hasta la televisión y el cine, pasando por melodrama, comedia y ahora un thriller con tintes mágicos. ¿Qué aprendizajes acumulados en estos 25 años fueron clave para enfrentar un proyecto tan distinto como Cometierra? “Cada personaje llega a mi carrera para enseñarme, para retarme y, sin duda, para expandirme. Intento encontrar en cada uno un propósito: no solo el mensaje que me deja a mí, sino también lo que, a través de ellos, puedo aportar para conmover o incluso transformar al espectador. En ese sentido, han llegado personajes en momentos difíciles de mi vida, que me han dado fuerza, que me han mostrado que soy más valiente de lo que creo, que tengo más posibilidades y herramientas de las que imaginaba. Por eso agradezco a cada uno: todos habitan en mí, y una parte de ellos sigue conmigo”   Mirando hacia atrás, ¿hubo algún papel que marcara un antes y un después en tu manera de entender la actuación? “Ha habido personajes y proyectos que han marcado mi carrera: El Chapo, Control Z y Contraataque. Yo lo resumiría así: no solo han dejado huella en lo personal, sino también en lo profesional. Cada uno me ha acercado a nuevos públicos y ha mostrado mi rango actoral. Creo que Luis de Control Z no se parece en nada a Joaquín de El Chapo, ni tampoco a El Pollo de Contraataque. Ellos tres han marcado mi trayectoria”   ¿Qué sueñas dejar como legado humano y artístico para las nuevas generaciones de actores? “No tengo tan claro el legado que quiero dejar, pero sí tengo claro lo que no quiero dejar. Me parece que, de pronto, existe un peso sobre las figuras públicas como si fueran un ejemplo. Cuando pensaba en ser una figura pública, decía que no quería verme así. Yo creo que no soy ejemplo de absolutamente nada, pero si puedo inspirar en algo, sería en la búsqueda. Creo que todos los seres humanos venimos a este plano a encontrarnos, a intentar entender cómo se juega este juego, y cada forma de decidirlo es legítima mientras no lastimemos al prójimo y nos respetemos a nosotros mismos” “Suena fácil decirlo, pero es el mejor aprendizaje que he tenido en mi vida: encontrarme. Saber quién soy, qué me gusta, qué me define, qué me hace sentir bien, cómo puedo darme amor a mí mismo y cómo puedo expandir ese amor hacia los demás. Por eso soy actor: porque veo en la posibilidad de contar cada historia y, con cada personaje, un reflejo de la humanidad. Para que nos veamos reflejados, pero también para que nos aterroricemos de nosotros mismos y de nuestras conductas. Porque solo al darnos cuenta de que esos monstruos puedo ser yo, o de que esos monstruos están en mí, surge la reflexión y la transformación. Solo reconociendo la sombra podemos caminar hacia la luz”   ¿Qué proyectos personales, fuera de la actuación, te ilusionan en este momento de tu vida? “Me ilusiona seguir construyendo un patrimonio sólido, me emociona encontrar familia y me emociona seguir conociendo el mundo”   Luis Curiel se encuentra en un punto de madurez artística donde cada personaje no solo expande su rango actoral, sino que también lo confronta con su propia humanidad. Cometierra representa un nuevo desafío: encarnar la sombra de un antagonista complejo en una historia que mezcla realismo mágico con una denuncia social urgente. Su recorrido, desde el teatro musical hasta las plataformas globales, lo ha convertido en un intérprete versátil que entiende la actuación como un espejo de la condición humana. “Solo reconociendo la sombra podemos caminar hacia la luz”, afirma, dejando claro que su trabajo busca provocar reflexión y transformación en el espectador. Contenidos Relacionados: ¿Quién es Luis Curiel, actor que interpreta a El Pollo en 'Contraataque', la nueva película de Netflix?“Nadie Nos Va a Extrañar” tendrá segunda temporada: Amazon Prime Video confirma su regreso en 2026Nuevo documental de Frida Kahlo llegará a Amazon PrimeEridani SalazarEl actor mexicano Luis Curiel, originario de Ciudad de México, ha construido una carrera sólida dentro del cine y la televisión. Inició en proyectos televisivos y poco a poco dio el salto hacia producciones de mayor impacto, participando en series como Rosario Tijeras, Control Z y Como agua para chocolate, que lo proyectaron ante una audiencia internacional. Su trayectoria también lo ha llevado al cine con títulos como Ya veremos y Como caído del cielo. Recientemente, formó parte de la película de Netflix Contraataque, producción que se convirtió en la más vista de la plataforma a nivel nacional, rompiendo récords y reforzando su presencia actoral. Además, protagonizó Autos, Mota y Rocanrol, donde interpretó a “Rodolfo” en la historia de origen del legendario festival de Avándaro. Actualmente, Curiel se encuentra en una etapa clave con el próximo estreno de la serie Cometierra, donde interpreta a Ale Skin, un personaje educado “a la mala”, marcado por el legado de su padre, antiguo líder de una organización criminal.   Tu personaje en Cometierra es un villano marcado por un legado familiar oscuro. ¿Cómo trabajaste la construcción psicológica de Ale Skin para que no fuera un antagonista plano, sino un ser humano complejo? “Me gusta que tenga capas, que presente elementos que se oponen a lo que comúnmente asociamos con un antagónico. No quería que quedara solo como ‘el tipo malo’ y ya, sino comprender sus motivaciones, sus necesidades, sus carencias. Es un personaje que nació en un contexto adverso, en el barrio, con una figura ausente que representó un gran peso para él”.   La serie mezcla realismo mágico con un trasfondo social sobre la desaparición de mujeres. ¿Qué retos enfrentaste al interpretar un papel dentro de una narrativa que toca heridas tan profundas de nuestra sociedad? “Es un tema muy delicado. Yo no sabía cómo iba a funcionar esta mezcla; no quise leer la novela hasta haber terminado la serie. Se darán cuenta de que la serie tiene un universo mucho más nutrido y personajes que no existen en la novela, pero que sí aparecen aquí. Cuando leí en el guion que se abordaba este tema tan fuerte y doloroso para los latinos, y en particular para los mexicanos —las desapariciones— entendí la importancia. Aunque no es la intención de la serie resolver nada ni tomar una postura determinada, sí funciona como denuncia al visibilizarlo. Además, resulta esperanzadora gracias a la protagonista, a quien me gusta pensar como la voz de todas las madres y familias que han perdido a alguien desaparecido. Es como un llamado: sigamos teniendo fe, sigamos buscando, sigamos levantando la voz por quienes no están, por quienes no pueden, y que se siga denunciando para que estas problemáticas se resuelvan. Así lo veo yo”   ¿Hubo algún momento en el rodaje en el que sentiste que el personaje te confrontaba personalmente, ya sea con tu visión del poder, la violencia o la herencia familiar? “El personaje, por sí mismo, fue un reto y desde ahí resultó confrontativo. Además, tenía muchas ganas de interpretar un antagónico; este es el tercero, porque hice tres personajes de ese tipo al hilo. Por eso era importante para mí diferenciarlos a través de sus vivencias y de la construcción desde su infancia temprana. Es confrontador en el sentido de que es delicado tocar un tema así e intentar hacerlo con respeto y verosimilitud. El personaje debía estar bien diseñado, porque para que la historia de los protagonistas funcione, también debe contarse muy bien la de los antagonistas”     Has transitado desde el teatro musical hasta la televisión y el cine, pasando por melodrama, comedia y ahora un thriller con tintes mágicos. ¿Qué aprendizajes acumulados en estos 25 años fueron clave para enfrentar un proyecto tan distinto como Cometierra? “Cada personaje llega a mi carrera para enseñarme, para retarme y, sin duda, para expandirme. Intento encontrar en cada uno un propósito: no solo el mensaje que me deja a mí, sino también lo que, a través de ellos, puedo aportar para conmover o incluso transformar al espectador. En ese sentido, han llegado personajes en momentos difíciles de mi vida, que me han dado fuerza, que me han mostrado que soy más valiente de lo que creo, que tengo más posibilidades y herramientas de las que imaginaba. Por eso agradezco a cada uno: todos habitan en mí, y una parte de ellos sigue conmigo”   Mirando hacia atrás, ¿hubo algún papel que marcara un antes y un después en tu manera de entender la actuación? “Ha habido personajes y proyectos que han marcado mi carrera: El Chapo, Control Z y Contraataque. Yo lo resumiría así: no solo han dejado huella en lo personal, sino también en lo profesional. Cada uno me ha acercado a nuevos públicos y ha mostrado mi rango actoral. Creo que Luis de Control Z no se parece en nada a Joaquín de El Chapo, ni tampoco a El Pollo de Contraataque. Ellos tres han marcado mi trayectoria”   ¿Qué sueñas dejar como legado humano y artístico para las nuevas generaciones de actores? “No tengo tan claro el legado que quiero dejar, pero sí tengo claro lo que no quiero dejar. Me parece que, de pronto, existe un peso sobre las figuras públicas como si fueran un ejemplo. Cuando pensaba en ser una figura pública, decía que no quería verme así. Yo creo que no soy ejemplo de absolutamente nada, pero si puedo inspirar en algo, sería en la búsqueda. Creo que todos los seres humanos venimos a este plano a encontrarnos, a intentar entender cómo se juega este juego, y cada forma de decidirlo es legítima mientras no lastimemos al prójimo y nos respetemos a nosotros mismos” “Suena fácil decirlo, pero es el mejor aprendizaje que he tenido en mi vida: encontrarme. Saber quién soy, qué me gusta, qué me define, qué me hace sentir bien, cómo puedo darme amor a mí mismo y cómo puedo expandir ese amor hacia los demás. Por eso soy actor: porque veo en la posibilidad de contar cada historia y, con cada personaje, un reflejo de la humanidad. Para que nos veamos reflejados, pero también para que nos aterroricemos de nosotros mismos y de nuestras conductas. Porque solo al darnos cuenta de que esos monstruos puedo ser yo, o de que esos monstruos están en mí, surge la reflexión y la transformación. Solo reconociendo la sombra podemos caminar hacia la luz”   ¿Qué proyectos personales, fuera de la actuación, te ilusionan en este momento de tu vida? “Me ilusiona seguir construyendo un patrimonio sólido, me emociona encontrar familia y me emociona seguir conociendo el mundo”   Luis Curiel se encuentra en un punto de madurez artística donde cada personaje no solo expande su rango actoral, sino que también lo confronta con su propia humanidad. Cometierra representa un nuevo desafío: encarnar la sombra de un antagonista complejo en una historia que mezcla realismo mágico con una denuncia social urgente. Su recorrido, desde el teatro musical hasta las plataformas globales, lo ha convertido en un intérprete versátil que entiende la actuación como un espejo de la condición humana. “Solo reconociendo la sombra podemos caminar hacia la luz”, afirma, dejando claro que su trabajo busca provocar reflexión y transformación en el espectador. Contenidos Relacionados: ¿Quién es Luis Curiel, actor que interpreta a El Pollo en 'Contraataque', la nueva película de Netflix?“Nadie Nos Va a Extrañar” tendrá segunda temporada: Amazon Prime Video confirma su regreso en 2026Nuevo documental de Frida Kahlo llegará a Amazon Prime

De Rosario Tijeras a Cometierra, Luis Curiel consolida su presencia internacional

2025/11/30 10:59

El actor mexicano Luis Curiel, originario de Ciudad de México, ha construido una carrera sólida dentro del cine y la televisión. Inició en proyectos televisivos y poco a poco dio el salto hacia producciones de mayor impacto, participando en series como Rosario Tijeras, Control Z y Como agua para chocolate, que lo proyectaron ante una audiencia internacional. Su trayectoria también lo ha llevado al cine con títulos como Ya veremos y Como caído del cielo.

Recientemente, formó parte de la película de Netflix Contraataque, producción que se convirtió en la más vista de la plataforma a nivel nacional, rompiendo récords y reforzando su presencia actoral. Además, protagonizó Autos, Mota y Rocanrol, donde interpretó a “Rodolfo” en la historia de origen del legendario festival de Avándaro.

Actualmente, Curiel se encuentra en una etapa clave con el próximo estreno de la serie Cometierra, donde interpreta a Ale Skin, un personaje educado “a la mala”, marcado por el legado de su padre, antiguo líder de una organización criminal.

Tu personaje en Cometierra es un villano marcado por un legado familiar oscuro. ¿Cómo trabajaste la construcción psicológica de Ale Skin para que no fuera un antagonista plano, sino un ser humano complejo?

La serie mezcla realismo mágico con un trasfondo social sobre la desaparición de mujeres. ¿Qué retos enfrentaste al interpretar un papel dentro de una narrativa que toca heridas tan profundas de nuestra sociedad?

¿Hubo algún momento en el rodaje en el que sentiste que el personaje te confrontaba personalmente, ya sea con tu visión del poder, la violencia o la herencia familiar?

Has transitado desde el teatro musical hasta la televisión y el cine, pasando por melodrama, comedia y ahora un thriller con tintes mágicos. ¿Qué aprendizajes acumulados en estos 25 años fueron clave para enfrentar un proyecto tan distinto como Cometierra?

Mirando hacia atrás, ¿hubo algún papel que marcara un antes y un después en tu manera de entender la actuación?

¿Qué sueñas dejar como legado humano y artístico para las nuevas generaciones de actores?

¿Qué proyectos personales, fuera de la actuación, te ilusionan en este momento de tu vida?

Luis Curiel se encuentra en un punto de madurez artística donde cada personaje no solo expande su rango actoral, sino que también lo confronta con su propia humanidad.

Cometierra representa un nuevo desafío: encarnar la sombra de un antagonista complejo en una historia que mezcla realismo mágico con una denuncia social urgente.

Su recorrido, desde el teatro musical hasta las plataformas globales, lo ha convertido en un intérprete versátil que entiende la actuación como un espejo de la condición humana. “Solo reconociendo la sombra podemos caminar hacia la luz”, afirma, dejando claro que su trabajo busca provocar reflexión y transformación en el espectador.

Aviso legal: Los artículos republicados en este sitio provienen de plataformas públicas y se ofrecen únicamente con fines informativos. No reflejan necesariamente la opinión de MEXC. Todos los derechos pertenecen a los autores originales. Si consideras que algún contenido infringe derechos de terceros, comunícate a la dirección service@support.mexc.com para solicitar su eliminación. MEXC no garantiza la exactitud, la integridad ni la actualidad del contenido y no se responsabiliza por acciones tomadas en función de la información proporcionada. El contenido no constituye asesoría financiera, legal ni profesional, ni debe interpretarse como recomendación o respaldo por parte de MEXC.