En el Senado se viven horas decisivas en las que se negocian cambios en el proyecto de reforma laboral a velocidad vertiginosa para cumplir con el objetivo fijado por la jefa de la bancada oficilaista, Patricia Bullrich, que quiere firmar dictamen esta misma tarde.
Tal como anticipó LA NACION, la intención de Bullrich es dejar el proyecto listo para poder ofrendarle al Gobierno su aprobación en la Cámara alta en una sesión que prevé convocar para el viernes de la semana próxima y en la que también se trataría el Presupuesto, 2026 que esta madrugada aprobó la Cámara de Diputados.
Para poder alcanzar su objetivo, Bullrich y el oficialismo deberán enfrentar una reunión clave de presidentes de bloque que fue convocada para las 15.
En ese encuentro se terminará de definir si el oficialismo logrará reunir las firmas necesarias para tener dictamen de mayoría en las comisiones de Trabajo, que también preside Bullrich, y de Presupuesto y Hacienda. Si lo consigue, el proyecto tendrá luz verde para avanzar al recinto la semana próxima.
El contenido del dictamen es todavía una incógnita. Es que, según revelaron fuentes legislativas a LA NACION, el texto viene siendo discutido desde hace ayer en consulta con casi todos los bloques y con la participación del secretario de Trabajo, Julio Cordero, y en comunicación con el Ministerio de Economía.
Decidida a cumplir la meta que se fijó, Bullrich condujo esta mañana la segunda jornada de debate del plenario de las comisiones de Trabajo y de Presupuesto y Hacienda en la que expusieron representantes de diferentes entidades sectoriales y profesionales sobre varios aspectos de la extensa iniciativa de casi 200 artículos.
Una vez agotada la lista de oradores, la senadora libertaria no se anduvo con rodeos y anunció que la reunión pasaba a cuatro intermedio hasta las 16 para escuchar a los últimos invitados y “a las 17 reunirnos para debatir y firmar dictamen”.
El debate había comenzado ayer con una extensa jornada de más de 10 horas en la que desfilaron referentes y representantes de cámaras empresariales y patronales y diferentes centrales sindicales, como la CTA y la CGT.
Durante las exposiciones se escucharon diferentes cuestionamientos al proyecto, en su mayoría centradas en el retroceso que implicaría para los derechos laborales de los trabajadores y la eliminación de la ultraactividad de los convenios.
También se plantearon quejas por la derogación de varios regímenes especiales, sancionadas por ley, como el estatuto del periodista, de los viajantes de comercio y de los peluqueros.
Todo indica que muchas de estas cuestiones podrían terminar fuera del proyecto como parte de las concesiones necesarias para que el oficialimso pueda obtener dictamen esta misma tarde.

